Sin embargo, a pesar de todos los aspectos positivos, no debemos olvidar que desde el punto de vista psicológico, esta edad se caracteriza por una dualidad asociada a la búsqueda de uno mismo, por lo que los jóvenes tienden a no concentrar la atención, mayor fatiga, cambio frecuente de intereses, poco interés en las materias escolares, y a una fuerte dependencia de una evaluación general positiva de su personalidad por parte de los demás.
La poca disposición y la renuencia a aprender de los alumnos de 6º grado están directamente relacionadas con las emociones que genera el proceso. Los niños pueden literalmente ser arrojados de un extremo a otro: el éxito promoverá la exaltación emocional y el deseo de saberlo todo a la vez, y el fracaso desencadenará el deseo de rendirse abruptamente.