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06.04.2023
Time icon 7 min

Trastornos alimenticios infantiles: ¿Qué debo saber? 

Tabla de contenido

Un niño que se niega a comer es siempre motivo de gran preocupación para los padres. Sin embargo, no siempre significa que haya algo grave de lo que preocuparse o que el niño sufra un trastorno alimentario. 

¿Cómo puede un padre saber cuándo el rechazo hacia la comida es sólo una fase temporal y cuándo es un signo de un trastorno alimenticio real? Te lo contamos en Novakid.

Hablamos con Jeannette Celdrán, nutricionista especializada en alimentación deportiva, materno-infantil y salud hormonal, y con la Dra. Giusy Di Profio, psicóloga clínica y experta en apoyo a la crianza, para saberlo.

¿Quieres descubrir las claves sobre una alimentación saludable y cómo saber si tu hijo tiene algún trastorno de la alimentación? ¡Continúa leyendo! 

Tipos de trastornos de alimentación más comunes en niños

Los trastornos del comportamiento alimentario son distintos en niños que en adultos. Mientras que en la edad adulta y adolescente los trastornos más frecuentes suelen estar relacionados con el miedo a coger peso, en la infancia suelen tener que ver con aversiones o algún trauma no resuelto. 

“Es muy importante identificarlos porque una mala alimentación hace que un niño no tenga el crecimiento correcto”, analiza Celdrán, que apunta a que los trastornos alimentarios que aparecen antes de los 6 años tienen mucho que ver con la relación de la familia y la comida. 

 

Los momentos en los que suelen coincidir con los cambios en la alimentación; cuando se pasa de la lactancia al puré o del puré a los alimentos sólidos. 

“En estos momentos aparecen las llamadas aversiones alimentarias sensoriales. Son las distintas texturas lo que les genera esa aversión”. 

 

Te dejamos una lista con los trastornos de la alimentación infantil más comunes:

  • Pica: Un trastorno de la ingestión y de la conducta alimentaria de la infancia o la niñez. Se trata de una ingestión persistente de sustancias no comestibles (papel, arcilla, tierra, pelo, tiza, cuerda, lana). “Si se da en niños mayores de 2 años puede estar relacionado con una discapacidad intelectual o del desarrollo como, por ejemplo, el espectro autista o la esquizofrenia”, apunta Celdrán.
  • Trastorno selectivo de la alimentación: Los niños sólo comen ciertos tipos de alimentos, excluyendo todos los demás. Este trastorno se asocia a una pérdida de peso significativa. Si no hay pérdida de peso asociada, no se trata de un trastorno de la alimentación, sino de malos hábitos alimenticios.
  • Disfagia funcional: Es la dificultad para desnutrir, es decir para tragar, que suele estar relacionado con el miedo a atragantarse o vomitar. Las funciones motoras del niño no están respondiendo de forma adecuada y puede experimentar dolor al comer, lo que hace que reduzca su ingesta. 
  • Anorexia infantil nerviosa: Se manifiesta con una ingesta calórica restringida en relación con las necesidades, tanto en niños como en adolescentes, acompañada de una pérdida de peso significativa.
  • Bulimia nerviosa: Implica episodios de atracones en los que el niño/adolescente, en un periodo limitado de tiempo, ingiere una cantidad excesiva de comida
  • Trastorno por Atracón: También conocido como “Trastorno Alimentario Incontrolado» es similar a la Bulimia pero con un aumento excesivo de peso.
  • Rumación: Regurgitación repetida que se da durante al menos un mes. Se suele dar al principio de la lactancia y la niñez, también aparece en la edad adulta si hay alguna discapacidad.
  • Trastorno de la evitación: niños que rechazan un alimento por su color, textura o por algún momento traumático. Entra dentro de la normalidad siempre y cuando su alimentación no se reduzca mucho, si se reduce disminuye la cantidad de nutrientes que toma y puede afectar a su desarrollo. 
  • Neofobia: Es un trastorno muy común en la infancia y tiene que ver con el miedo a introducir alimentos nuevos. “No debemos renunciar hasta presentarle el alimento unas 10 o 20 veces”

Celdrán asegura que antes cualquier indicio que haga pensar a un padre que su hijo sufre de algún trastorno alimentario, lo más importante es acudir al médico para que pueda hacer un diagnóstico precoz. 

Es necesario un equipo interdisciplinar; “psicólogos y médicos, pero también que intervenga un nutricionista para que si la ingesta se ha reducido, se pueda corregir y lograr que el niño tenga un correcto desarrollo”

 

Es importante que el paciente sea evaluado clínica, nutricional y psicológicamente y excluir, mediante una investigación exhaustiva análisis hematológico completo, análisis de orina y pruebas de función hepática), la presencia de factores genéticos como disfunción tiroidea o enfermedad celíaca.

Trastornos alimentarios: Cómo darme cuenta de si mi hijo sufre alguno

“Hay que ver si de verdad es un trastorno o si es un mero tránsito del proceso alimentario”, dice Celdrán, que asegura que muchas veces el rechazo a un alimento puede deberse simplemente a que el niño es selectivo. 

 

Es importante ver si una conducta entra dentro de la normalidad o si, por el contrario, detrás hay un trastorno.

“Tenemos que fijarnos en otros indicios, como si aparece sangre en heces, diarreas o vómitos o si hay cambios a nivel de conducta”. 

 

La Dra. Giusy Di Profio nos cuenta los principales síntomas que pueden atribuirse a un trastorno alimentario: 

  • Hiperexcitabilidad.
  • Irritabilidad.
  • Fatiga excesiva y cese precoz de la ingesta de alimentos.
  • Oposicionismo.
  • Enfado intenso.
  • Desinterés por la comida, tendencia a escupirla, a derramar el plato o a vomitar lo introducido. 

En el caso de los adolescentes, los síntomas son: 

  • Preocupación excesiva por el peso y la forma física.
  • Dietas; atracones; vómitos; abuso de laxantes, diuréticos o pastillas para adelgazar. 
  • Además, es importante tener en cuenta cuánto duran esos síntomas (si se alargan en el tiempo pueden indicar un trastorno alimentario).

“Las causas de estos trastornos son complejas, tienen que ver, en muchas ocasiones, con factores genéticos, biológicos y psicológicos que, una vez desencadenados por determinados acontecimientos, inician el trastorno alimentario”, apunta la doctora. 

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A qué edad es más probable desarrollar trastornos de la alimentación

Los niños e incluso los bebés pueden mostrar síntomas de un trastorno alimentario ya en los primeros meses de vida. Por ello es muy importante ser observadores e informar al pediatra de cualquier anomalía relacionada con la relación del niño con la comida.

La edad de inicio de algunos trastornos alimentarios (pica, disfagia funcional, alimentación selectiva) se sitúa en torno a los 18 meses. La anorexia nerviosa suele alcanzar su punto álgido entre los 13 y los 18 años. La bulimia nerviosa tiene una edad de inicio entre los 16 y los 17 años.

“Especialmente en la primera infancia, los trastornos alimentarios afectan más a los niños que a las niñas”, apunta Giusy Di Profio. En la pubertad, un momento del desarrollo caracterizado por cambios y transformaciones del cuerpo, el porcentaje se invierte, observándose una mayoría de mujeres.

La aparición precoz, que interfiere en un proceso de desarrollo sano tanto biológica como psicológicamente, se asocia a consecuencias mucho más graves para el cuerpo y la mente. 

De hecho, un inicio precoz puede conllevar un mayor riesgo de daños permanentes debidos a la desnutrición, especialmente en los tejidos que aún no han alcanzado la maduración completa, como los huesos y el sistema nervioso central.

Una alimentación saludable contra los trastornos alimenticios

Para terminar, te dejamos algunos consejos que, como nutricionista, Celdrán ve imprescindibles a la hora de promover una alimentación saludable:

  • Da ejemplo: Lo primero es preguntar a los adultos si ellos comen fruta y verdura. Los niños imitan lo que ven. 
  • Habla de salud: Hay que explicar a los niños por qué es importante que coman fruta y verdura para que sepan la importancia que tiene que estos alimentos estén en su dieta diaria. 
  • Haz a los niños partícipes en la compra y las comidas. Uno de los consejos más importantes es el de no premiar ni castigar con la comida, ya que “cuando somos niños estamos trabajando en nuestra personalidad por lo que si castigamos o premiamos a los niños con la comida pueden utilizarla más adelante como herramienta para gestionar sus emociones; si te portas mal cenas espinacas y sino te doy un dulce”
  • Alternativas saludables: Hay que dar opción y que siempre haya algo saludable en casa para merendar; dejar ya cortada la fruta y que el niño cuando llegue a casa pueda comer fruta. 
  • Comidas en familia y sin televisión: El momento de la comida debe ser un momento de tranquilidad para que el niño se alimente de forma consciente.
  • Criar lejos de la cultura de dieta: Por desgracia, vivimos en una sociedad muy acostumbrada a la cultura de dieta. Cría a tu hijo alejado de esta cultura, no hagas referencia al peso para que crezca sano. 

Hasta aquí la información imprescindible que tienes que saber sobre los trastornos alimentarios infantiles de la mano de dos grandes expertas. No te pierdas lo último en Educación en nuestras próximas publicaciones. 

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